viernes, 2 de noviembre de 2012


DIARREA INFANTIL





Se considera que el bebé o el niño tiene diarrea si hace deposiciones más veces de las que come. La diarrea infantil puede ser aguda, prolongada o crónica. Esta enfermedad también puede estar causada por la alimentación, por infecciones o por medicamentos. Generalmente, las diarreas no son graves. Su mayor peligro es la deshidratación, la cual es muy importante evitar. Si la diarrea, tanto en bebés como en niños, no mejorase en 2 días, es recomendable consultar al pediatra.

La diarrea en bebés o niños es una enfermedad infantil que consiste en eliminar deposiciones más blandas y más frecuentes de lo habitual.

Muchos bebés que toman el pecho expulsan heces blandas u semilíquidas cada vez que comen. Esto es normal.

La mayoría de las veces es corriente defecar después de las comidas, debido a un mecanismo reflejo del intestino (cuando empieza a moverse el esófago al tragar, la “onda peristáltica” se propaga a todo el intestino y se mueve el vientre). Por tanto, se considera diarrea si el bebé o niño hace caca más veces de las que come.

Además, puede acompañarse de otros síntomas como fiebre, vómitos, ruidos intestinales o dolor. En estos casos también se utiliza la palabra gastroenteritis.

Se dice diarrea aguda, cuando dura unos pocos días. Llamamos diarrea prolongada a la que dura más de 3 semanas. Y si dura más de 3 meses, se dice que es una diarrea crónica. El aspecto, color y olor de las heces no tienen demasiada importancia y dan pocas pistas acerca de la causa, pero a veces podemos encontrar:

1.   Heces con restos de alimentos: casi enteros como guisantes, zanahoria o lentejas. Esto es normal.
2.   Moco: puede estar causado por un resfriado o por inflamación intestinal.
3.   Hebras de sangre: son frecuentes en el caso de diarrea por Rotavirus. Los padres suelen alarmarse. Convendrá descartar una invaginación y, quizás, analizar las heces mediante un cultivo.

¿Por qué se produce la diarrea en bebés y niños?

En los bebés, las causas más frecuentes son:

1.- La alimentación:
El biberón está mal preparado: Quizá muy espeso (lo adecuado es poner una medida de leche infantil en polvo por cada 30 c.c. de agua).
El agua con que se preparó el biberón estaba contaminada: No es frecuente si se utiliza agua de la red pública o embotella. (Hay más riesgo con aguas de pozo).
El bebé ha tomado algún alimento que no le ha sentado bien: Quizá, porque aún era pequeño para tomarlo. Por ejemplo, cuando se quiere dar papillas o puré demasiado pronto o alguien sugirió que se le diera miel al bebé porque estaba estreñido.

2.- Infecciones:
Hay varios tipos de virus que suelen causar diarrea a los bebés. Dos de los más conocidos son los Rotavirus y los Adenovirus. Pueden producir epidemias de diarreas en invierno y primavera, porque se transmiten igual que los resfriados.
Algunas bacterias también pueden causar diarrea como la Salmonella, la Shigella, el Campylobacter o la Yersinia, entre otras. Por lo general, causarán más fiebre.
A veces, la diarrea puede ser un síntoma que acompañe a las infecciones de orina.

3.- Medicamentos.
Muchos antibióticos pueden producir diarrea.
Algunos fármacos, llamados “procinéticos”, que se utilizan para tratar el reflujo gastroesofágico pueden producir diarrea, aunque suele ser leve.





¿Es una enfermedad infantil grave?

Por lo general, las diarreas no son enfermedades graves, al menos en los países occidentales en que se disfruta de buen nivel de bienestar y adecuada higiene ambiental.

El mayor peligro de una diarrea es la deshidratación. Además, es frecuente que el bebé pierda peso, aunque lo recuperará en pocos días.


¿Qué hacemos?

Para evitar la deshidratación se debe ofrecer al bebé abundante líquido, en pequeñas cantidades para que no lo vomite.

Puede ser agua simplemente, o mejor, las soluciones de rehidratación que recomiendan los expertos (de venta en herbolarios)


No se recomienda dar a los bebés con diarrea:

1.   Infusiones (té o manzanilla)
2.   Zumos de frutas (ni natural ni comercial). Hay quien cree que el zumo de manzana puede ser astringente, pero por su alto contenido en azúcares (sorbitol), su efecto es el contrario.
3.   Refrescos o soluciones caseras (limonada).
A continuación, si el niño no vomita, es importante empezar a darle alimentos precozmente.

La dieta dependerá de la edad del bebé o niño y de su alimentación habitual.

Ejemplos:

1.   Bebé que toma solamente el pecho: Puede y debe seguir tomándolo sin limitación de horario. La madre debe procurar beber más agua, estar relajada y dispuesta para dar al bebé de mamar a menudo.

2.   Bebé que se alimenta con biberones exclusivamente: Se puede utilizar la misma fórmula infantil. Quizá, un poco más diluida el primer día. Se recomienda que los biberones sean de menor volumen, aunque tenga que tomar más veces. Entre las tomas, ofrecer agua o soluciones de rehidratación.

3.   Bebé que ya toma otros alimentos además del pecho o el biberón: En general, mayores de 6 meses)


La dieta puede ser como sigue:

Biberones: Deben ser de fórmula infantil, en menor cantidad.
Cereales: Puede tomarlos con su leche habitual, en el biberón o en papilla. Pueden ser de 1, 2,3 o 5 cereales. Lo más clásico es la crema de arroz. No usar los que llevan miel.
Frutas: El bebé podrá tomar plátano y/o manzana rallada.
Puré o potito: Este preparado es preferible que contenga pollo, ternera o con arroz y/o zanahoria y/o patata. (Ojo, el pescado blanco no se recomienda antes de los 10 meses).
Otros alimentos bien tolerados: Productos como el yogur natural, jamón de York, pan, tapioca o galletas (de venta en herbolarios). Los padres deben asegurarse de que el bebé toma suficiente agua o solución de rehidratación.


¿Qué hacer si el bebé no mejora?

Quizá, considere conveniente hacer un análisis de las heces (coprocultivo) para conocer el germen o el virus que causa la diarrea, pero el resultado tarda alrededor de una semana y no es fundamental para el tratamiento.

Si el bebé es pequeño, y además tiene fiebre y vómitos, conviene asegurarse de que la causa no es una infección urinaria.

Si observan que el culito se encuentra excesivamente irritado puede indicar que el bebé ha desarrollado una intolerancia a la lactosa.

En ese caso, pueden utilizar para los biberones y papillas una fórmula infantil sin lactosa que se prepara del mismo modo que la leche infantil habitual (un cacito raso por cada 30 c.c. de agua).


¿Hacen falta medicinas?

En la actualidad, se sabe que no es necesario dar ningún tipo de medicación.

La mayoría de las diarreas evolucionan bien sin fármacos, y algunos de ellos pueden tener efectos secundarios o contraindicaciones.

No obstante, si el bebé tiene fiebre, se pueden usar los antitérmicos habituales.


¿Es necesario analizar las heces?

No siempre es necesario hacer un coprocultivo.

La mayoría de las veces, el bebé mejora mucho antes de que llegue el resultado del cultivo de las heces.

Se suele hacer en caso de que el bebé tenga fiebre, o la diarrea se prolongue, especialmente por si se la puede transmitir a otras personas de la familia.

Otros tipos de análisis de heces (digestión de principios inmediatos o presencia de parásitos) se reserva para las diarreas de evolución prolongada o crónica.


En resumen.

Este problema afecta todo el aparato digestivo por causa de una infección (por virus, bacteria o parásito) o por una intoxicación alimentaria, entre otras causas posibles. La diarrea puede ir acompañada por náuseas, vómitos, dolores abdominales y cólicos.
Debes tener cuidado porque se contagia por vía fecal-oral. Es importante lavarte bien las manos después de limpiar al pequeño.

Asegúrate de que el agua de bebida sea potable, ya que el beber agua contaminada suele ser una de las causas más probables de esta afección infantil.

Cocina bien los alimentos para evitar dejar microorganismo vivos después de la cocción. Por ejemplo: el huevo con consistencia, las carnes completamente cocidas y el pescado bien cocinado. Consume leche, zumos y pasteurizados.

Si el afectado es un lactante no debes interrumpir la lactancia materna, puesto que de esa manera estará más protegido contra las enfermedades.

No olvides lavarte bien las manos luego de cambiar pañales o ir al baño, y antes de cocinar los alimentos y de preparar los biberones.

Recuerda que las frutas y verduras deberán estar correctamente lavadas.

Si se trata de un niño que ya consume alimentos, recuerda que los aconsejados son: arroz, harina de maíz, pastas blancas, té, manzana rallada, plátano maduro, gelatina, tostadas de pan francés, galletitas tipo agua, y el agregado de aceites. Si no es lactante es conveniente optar por una leche sin lactosa, antes que suprimirla por completo.

Recomendaciones:

1.   No auto medicar al niño con algún anti diarreico que podría enmascarar el cuadro agravándolo. Recuerda hidratarlo constantemente, mucha agua.
2.   Rehidratación oral, añadiendo por cada litro de agua una cucharadita de sal, una de bicarbonato, varias de azúcar y el zumo de un limón.
3.   Reposo gástrico (no comer sólidos) de 12 a 24 horas.
4.   Dieta astrigente durante 3 o 4 días (arroz hervido, patatas cocidas, manzana rallada, zanahoria, plátano, etc).
5.   Al mismo tiempo que la dieta astrigente, un suplemento de lactobacilos para repoblar la flora intestinal mejora y acelera la recuperación.
6.   Evitar grasas y lácteos.