miércoles, 7 de septiembre de 2011


HEMORROIDES

 


Quizá se trata de un tema difícil de hablar, principalmente por convencionalismos sociales. Todos sabemos que al fin y al cabo “se sufre en silencio”.

Y ese es precisamente el problema. Por vergüenza o por pudor, raramente se acude aún profesional para consultar acerca de las hemorroides hasta que éstas son muy molestas, voluminosas, sangrantes, etc. Y lo más común es que mientras tanto nos dediquemos a aplicar paliativos, pomadas o baños, que en el mejor de los casos evitarán una rápida evolución del problema, y en otros casos evitarán tomar las medidas verdaderamente necesarias para que no vaya a más.


Dilataciones

Las hemorroides no son otra cosa que dilataciones venosas. Dependiendo de si las venas se encuentran en el interior o en el exterior del ano, serán llamadas hemorroides internas o hemorroides externas.


Muchas personas las han tenido alguna vez a lo largo de su vida.

Durante el embarazo pueden producirse dichas dilataciones debido a la congestión de toda la zona, si bien habitualmente no van más allá y regresan a su estado normal poco tiempo después del alumbramiento.

1.   Hay otros factores que influyen en la aparición de esos engrosamientos. Una postura sentada durante mucho tiempo, provoca cuna congestión a nivel pélvico, lo cual puede derivar en que las venas de toda esa zona se engrosen, pierdan su capa elástica y se cronifiquen.
2.   Un estreñimiento alargado en el tiempo también puede provocar la rotura de esa capa elástica debido al esfuerzo necesario para defecar. Otros factores como estar mucho tiempo de pie o cargar mucho peso, también predisponen a su aparición.
3.   También se sabe que existe una predisposición genética, sin embargo debemos tener en cuenta que una predisposición nos avisa de una facilidad para padecer un problema o una enfermedad, pero no nos asegura que lo vayamos a tener. En ese caso lo que deberemos hacer es aumentar las precauciones y la atención ante los síntomas que nos indiquen que se está presentando.


Se notan

Evidentemente, los síntomas de las hemorroides los conocemos todos. Es un problema del que a pesar de no reconocerse, se habla mucho.

Uno de los síntomas más conocidos es la hemorragia. La vena se rompe y se produce un sangrado. Normalmente no es muy abundante y notaremos su presencia debido a las manchas de sangre en el papel higiénico.

Si se trata de hemorroides internas, no suele aparecer dolor aunque exista sangrado, pero en las externas suelen presentarse ambos síntomas. Si las hemorroides descienden y llegan a salir, con la consiguiente dificultad para regresar a su posición natural, nos encontramos con un prolapso de las venas, unos abultamientos característicos que puede acompañarse de incomodidad, dolor y picor.


Acciones

Debemos tener en cuenta que cuando surge este problema, estamos ante una debilidad del tejido conjuntivo) que nos está llevando a una degeneración de la mucosa ano-rectal. Para ello, debemos enfocar el tratamiento del terreno y nos encontramos dos minerales fundamentales: Silicio y Flúor.

La fitoterapia nos surte de dichos minerales que son especiales para el momento agudo.
En el caso de ser crónico es necesario un tratamiento constitucional. Así por ejemplo: El extracto de Bambú tiene gran cantidad de silicio en forma orgánica. Se puede combinar con la Cola de Caballo teniendo precaución en este caso debido a que puede causar irritación de las mucosas digestivas.
Por su parte, el flúor lo administraremos en forma de oligoelemento. Ambos minerales pueden también ser administrados en forma de Biosales o Sales de Schüssler: Silicea D6


Estas son las principales dolencias que trata Silecea:

1.   Envejecimiento de la piel
2.   Arrugas
3.   Granos
4.   Problemas de uñas
5.   Picores en la piel

La Silicea o dióxido de silicio es el compuesto bioquímico por excelencia, que estabiliza la piel, el cabello, las uñas, pies y manos y tejido conjuntivo. Contribuye en su elasticidad y firmeza.

Esta sal favorece el aprovechamiento del calcio en los huesos, ayuda a prevenir la osteoporosis.


Es adecuada para:

Evitar o paliar el envejecimiento de la piel, evitar la formación de arrugas, los granos y callos, problemas de uñas (roturas, manchas o grosor) y los picores en la piel.

Se utiliza como complemento de la sal ante la supuración de huesos, mala curación de la piel, pústulas hinchadas, costras amarillas que supuran, la inflamación y supuración de las glándulas sebáceas, la paroniquia, los furúnculos, la inflamación purulenta de los pezones, síntomas crónicos de gota y la alopecia.

Puede combinarse o acompañarse con plantas como el Rusco (Ruscus Aculeatus) -al tratarse de un diurético hay que tener precaución en casos de hipertensión, insuficiencia renal o cardiopatías y puede provocar intolerancia gástrica- y Bolsa de Pastor (Capsella Bursa Pastoris) –contraindicada en hipertensión arterial, tratamiento con antidepresivos IMAO e hipotiroidismo-. También se puede evaluar la ingesta de vitamina C.

En homeopatía podemos usar Hamammelis Virginana (especial para hemorroides, varices y cogestión sanguínea), Acidum Muriaticum (si son de color violáceo, sangrantes, ardientes y dolorosas), Aloe Socotrino (para personas sedentarias y hemorroides que surgen durante las diarreas), Aloe Vera (hemorroides dilatadas como racimos de pequeñas uvas que no permiten cerrar correctamente el esfínter anal y que no toleran el contacto y mejoran con el frío), Collisonia Canadensis (estreñimiento, especialmente en el embarazo, hemorroides dolorosas, picantes y sangrantes y asociadas a trastornos ginecológicos), o Nux Vomica (personas con hipo, acidez, náuseas, con congestión hepática y problemas digestivos con la particularidad de que al defecar tiene la sensación de que no ha salido todo lo que debía).

No es algo aislado, no es algo extraño. Es muy común, pero lo seguimos teniendo como un problema que hay que ocultar. Y sucede lo que con tantas cosas, al ocultarlo, en lugar de solucionarlo se acrecienta. Y cuando queremos ponerle remedio ya es tarde.


CASTAÑO DE INDIAS. ENEMIGO NÚMERO UNO DE LAS VARICES Y HEMORROIDES



Las varices y hemorroides afectan a casi el 50% de los adultos a partir de los 40 años.
Las venas justo debajo de la piel son las más afectadas, debido a la tremenda tensión que deben soportar cuando un individuo ha de estar de pie largas horas durante el día.
Por estar en esta posición tanto rato, la presión contra la vena puede aumentar hasta 10 veces más. Por lo tanto, las personas que por su trabajo deban mantenerse de pie largos períodos, son las que corren más riesgo de padecer estos trastornos, entre otros: piernas cansadas, edema, pies fríos, hemorroides, flebitis, tromboflebitis, fragilidad capilar, sabañones, etc.

Las mujeres se ven más afectadas que los hombres (hasta 4 veces más); los individuos obesos corren mayor riesgo; y el riesgo aumenta con la edad, debido a la pérdida de tono de los tejidos, pérdida de masa muscular y el debilitamiento de las paredes vasculares. El embarazo también puede conducir a la aparición de las varices, debido al aumento de la presión sobre las venas en las piernas.

(Las embarazadas y madres lactantes no deben tomar Castaño de Indias, pero lo pueden sustituir por la Vitamina C con Bioflavonoides y Rutina).

Castaño de Indias (Aesculus hippocastanum) es un gran venotónico (sustancia que mejora el tono venoso, aumentado el potencial de contracción de las fibras elásticas de la pared venosa). La relajación de la pared venosa contribuye en gran medida al desarrollo de las varices y, en especial, mejora la circulación venosa de retorno a las extremidades inferiores. Su principio activo más investigado es la Aescina (compuesto aislado de las semillas) que actúa como ANTI-INFLAMATORIO, VENOTÓNICO, VASOPROTECTOR ANTIEDEMA, AUMENTA LA RESISTENCIA DE LAS PAREDES CAPILARES Y REDUCE SU PERMEABILIDAD (reduciendo el número y tamaño de los pequeños poros de las paredes capilares).

Se recomienda tomar entre 50 y 100 mg de Aescina, en ayunas, durante un mínimo de 3 meses y luego seguir con un mantenimiento a largo plazo. Para conseguir 50 mg de Aescina, el principio activo, es necesario tomar entre 250 y 300 mg del extracto estandarizado.

Existen otras hierbas y nutrientes muy valiosos en el tratamiento de los trastornos circulatorios que pueden complementar perfectamente al Castaño de Indicas y potenciar sus efectos, dando resultados más rápidos y duraderos:


CIPRES. ENEMIGO NÚMERO DOS DE LAS VARICES Y HEMORROIDES


Descripción:

Es un árbol que puede llegar a medir hasta 25 metros de altura; es de proporciones esbeltas, lo que lo hace fácilmente reconocible. Presenta una copa maciza, alargada y estrecha. Las hojas son muy reducidas (apenas se pueden ver) y presentan una disposición que asemeja las escamas de los peces.
Estos árboles se encuentran distribuidos tanto por Europa como por América, siendo originarios del Oriente Próximo. Se ubican más frecuentemente en lugares de recogimiento y espiritualidad. En determinadas zonas se los relaciona con situaciones tan tenebrosas como la muerte; mientras que en otras se relacionan con la vida y la salud, ya que los bosques formados por cipreses devolvían la salud a las personas aquejadas de problemas respiratorios.


Aplicación:

Contiene gran cantidad de esencia, que a veces supone hasta el 1% de su peso: está formada por alfa-pineno, canfeno, cadineno y cedrol. Se la considera antirreumática y estimulante. También posee taninos catéquicos, que le confieren acciones astringente, venotónica, vasoconstrictora, espasmolítica y hemostática, por lo que se emplea para curar varices y hemorroides y, también, como calmante de tos espasmódica, asma, metrorragias, heridas y úlceras varicosas -aunque su utilización debe efectuarse bajo control médico, pues su alto contenido en aceite esencial puede ocasionar alteraciones varias.
En las hojas del ciprés existen flavonoides y en los brotes tiernos encontramos esencia (aunque en menor cantidad) que puede llegar al 0.2%.


Administración:

1.   Supositorios. Se pueden preparar empleando como principio activo el aceite esencial de ciprés, siendo la dosis indicada de 200 mg por cada unidad; puede administrarse un máximo de tres unidades al día, constituyendo un buen remedio para el tratamiento de hemorroides en adultos. También se pueden preparar empleando 400 mg del ciprés en su forma de extracto por cada supositorio, en cuyo caso se utiliza para aliviar varices.
2.   Extracto fluido. Se pueden tomar 40 gotas en medio vaso de agua antes de cada una de las dos principales comidas del día, consiguiendo calmar así la tos espasmódica y el asma.
3.   Aceite esencial. La presentación en cápsulas suele ser de 20 mg, pudiendo tomar dos al día antes de las comidas.
4.   Pomada de ciprés. Preparada con una concentración del 2%. Son de tipo rectal, por su acción antihemorroidal.

Floración y recolección:

Dentro del mismo árbol podemos encontrar flores masculinas y femeninas; estas últimas tienen una forma particular, redondeadas y recubiertas por escamas que se denominan gálbulos. La floración se produce en los meses de primavera, madurando los gálbulos en el otoño del siguiente año.

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